CAPÍTULO 17

                             HOLA OTRA VEZ!!

Sí, por fin he acabado el capítulo 17! 
Lo prometido es deuda, así que aquí está, esperando que lo leáis!

¿Estáis preparados para ver lo que va a suceder??
Espero que me deis vuestra opinión, cómo os habéis sentido al leerlo, qué os ha parecido, TODO!

No me entretengo más, aquí lo tenéis :)

Me despierto. Lo primero que noto es un ligero peso en la cintura y el sonido de una respiración suave y tranquila en mi oído izquiero. Giro lentamente la cabeza y veo un cabello rubio despeinado. No puedo evitar sonreír…

Aparto delicadamente el brazo de  Filipp y con mucho cuidado de no despertarlo miro el reloj digital de color metalizado que se encuentra en la mesilla derecha de la cama. Queda una hora para tener que levantarnos, así que me acomodo en la cama y cierro los ojos.

Me destapo y vuelvo a mirarlo, solo han paso diez minutos…

Giro todo mi cuerpo cara a Filipp y entonces me encuentro con esos profundos ojos verdes que miran los míos. Me fijo en la sonrisa que dibujan sus labios, es perfecta.

-          Buenos días

-          Buenos días

-          Llevas como 10 minutos sin parar de moverte, lo sabias?

-          Si…Lo siento, estoy muy nerviosa, ya sabes, primer día de entrenamiento, tener que ver las caras de la gente que va a querer matarte…

-          Shhhhh….- pone un dedo en mis labios – Tienes que tranquilizarte, yo te protegeré siempre.

-          Eso hace que mis nervios se conviertan en tristeza…

-          No seas boba! Hablemos de otra cosa, ¿vale? – asiento y me acurruco a su lado, escondiendo mi cara en su pecho, cubierto por una camiseta azul tejana.

Noto suaves caricias en mi pelo, cómo una mano pone parte de mi cabello detrás de la oreja y veo a una mano tocándome la barbilla obligándome suavemente a mirar a los ojos de Filipp.

-          Aqua… tengo que decirte una cosa…

-          Dime

-          Quiero que sepas, antes de nada que te quiero muchísimo, que te protegeré y que estaré aquí para todo, pero… No quiero que me veas como un novio, o algo por el estilo, no quiero romperte ese gran corazón que tienes.-las lágrimas se resbalan por mi mejilla.

-          T…Te..Te refiff…refieres a qu.. que no me quieres?-

-          Quiero verte como una amiga, una hermana, no como una novia, no quiero verte sufrir por algo que va a tener que pasar hoy que no puedo explicarte, pero que cuando pase, vas a enfadarte y… Aqua, yo te amo con toda mi alma, pero es complicado, ¿vale?

-          Si me amases no te importaría lo demás.-Me levanto de la cama y salgo corriendo de la habitación de Filipp y doy un portazo.

-          Aqua…!

Entro en mi habitación, cierro la puerta y resbalo por ella, quedándome sentada en el suelo, llorando, y cómo no, pensando… No puedo creerme lo que Filipp acaba de decir, no.

Me siento usada, ¿cómo he podido ser tan tonta? Aqua, ¡despierta de una vez! Estás en unos juegos a muerte, no lo volverás a ver, él tiene razón…

Creo que me he puesto un poco borde, pero ha sido como un puñal en el corazón, y ahora, tras unos minutos pensando, sí que tiene razón, la tiene completamente. Voy a pedirle perdón.

Me levanto del suelo y me adentro en el baño. Me miro en el espejo, tengo la cara muy roja y el pelo revuelto. Abro el grifo y cojo con las manos un poco de agua y la tiro por la cara. Cojo una toalla de un color turquesa oscuro, de una tela muy suave y agradable, y la paso por mi rostro para secar las gotas de agua. Cojo un peine y cepillo mi cabello, ahora parece un poco más peinado que antes, aunque no lo está completamente.

Salgo del baño, pulso el interruptor de la luz para apagarla y corro las cortinas de mi habitación. Los rayos de sol son tan fuertes que no puedo evitar cerrar un poco los ojos.

Los cierro y disfruto de esa dulce y cálida luz. Vienen a mi mente recuerdos de cuando era pequeña y pescaba con mi padre en el muelle aquellos veranos en los que él aún estaba con vida. Nos sentábamos con los pies rozando el agua y esperábamos a que algún pez picase el anzuelo. Mientras tanto, compartíamos unos panes con forma de pez y de un tono azul verdoso que antiguamente hacía mi madre. Los rayos del sol nos calentaban, nos acogían, nos reíamos cuando se me escapaba algún pez, esos tiempos eran maravillosos. Aquellos en los que, gracias a mi padre, podíamos vivir casi lujosamente, sin faltarnos de nada.

El sonido de la puerta hace que abra los ojos y vuelva a la realidad.

Por la puerta aparece Keon, con una sonrisa de oreja a oreja.

-          Veo que mi chica favorita se ha despertado a la hora. –sonrío.

-          Si…- miro sus ojos miel y él mira los míos. A los pocos segundos, rompo el juego de miradas para fijarme en una bolsa de color negro que lleva colgada del hombro derecho.-¿Qué es eso?- señalo la bolsa con la mirada

-          Tu traje de entrenamiento, ya sabes, hoy es el primer día.

-          Lo sé… -suspiro- ¿Me ayudas a ponérmelo?

-          Por supuesto.

Keon saca el traje de entrenamiento y es bastante simple, de manga corta color gris con el número 4 en ambos brazos a un poco más abajo de la altura de los hombros en color verde militar. Eso en la parte superior. En la inferior un pantalón de chándal color negro y unas deportivas por debajo del tobillo en un color blanco sucio con detalles en el mismo color que la camiseta. Me lo pongo todo con una ropa interior especial para hacer deporte.

-          Estás realmente guapa, incluso en chándal- noto el calor que asciende por mis mejillas, al mínimo cumplido que me dicen, me pongo roja como un tomate.

-          Muchas gracias, de verdad.

-          Déjame hacer una cosa…- Saca del interior de la bolsa un neceser de color rosa fosforito de un tamaño considerable para ser un neceser y pone encima de la cama un cepillo, dos botes de color metalizado, unas gomas muy pequeñas del color de mi pelo, horquillas, y una cosa muy rara, que es como dos placas que las juntas y te dejan el cabello liso. Keon dice que se llama plancha, y que esa en concreto es la última novedad en el Capitolio, ya que no hace falta enchufarla. Yo creía que plancha era para la ropa, pero ahora veo que también hay para el pelo.

Me echa un líquido con un olor un poco raro de uno de los botes metalizados y pasa la plancha por mi pelo, quedando completamente liso. Después, coge un peine, me cepilla el cabello y en unos segundos tengo una cola de caballo perfecta. Con unas horquillas del color de mi pelo, al igual que las gomas, recoge los mechones que quedaron sueltos y con otro mechón, tapa la goma y parece que es mi propio pelo el que mantiene la coleta.

Por último me hecha otro spray por todo el cuerpo que huele de maravilla, una mezcla entre rosas, algo dulce, hmmmmm… Indescriptible.

-          No querrás oler mal.- sonrio y el responde con otra sonrisa.

Me miro al espejo y me veo fantásticamente bien. No estoy acostumbrada a llevar coleta, siempre he llevado el pelo suelto desde pequeña, por que cuando estaba en clase y la gente me miraba podía mirar hacia abajo y tapar mi rostro. No sé porque lo hacía, supongo que antes era el doble de tímida que ahora, he tenido que intentar dejar de serlo para salir adelante en mi distrito, aun que no he conseguido dejar de serlo.

-          Muchas gracias.- Keon asiente en un gesto con el que quiere decir "de nada" y nos dirigimos al comedor, donde ya están todos sentados, esperándonos. Miro el reloj, son justo las 8. Afortunadamente hemos llegado a tiempo para desayunar. Me siento al lado de Filipp, frente a Nathan y veo a Pearls al lado de Filipp en la esquina de la mesa y veo que Keon se sienta en el mismo  a mi lado.

En un extremo de la mesa está Nathan, quien sonríe al verme y en el otro está Effie, quien me mira con la boca abierta.

-          ¿Qué pasa? Tengo monos en la cara o algo?- Ha sonado un poco borde, pero es verdad, todos se han quedado mirándome casi boquiabiertos.

-          ¡Aqua! ¡No seas borde! Estamos sorprendidos, ahora se te pueden ver perfectamente esos ojazos. Tendré que cogerme unas lentillas, ¡me has dado una envidia ahora mismo…!

-          Emmmm… Gracias, supongo.

Mi estómago ruge, así que empiezo a desayunar pan tostado con mantequilla y una masa de frutas aplastadas que llaman mermelada, me encanta, es dulce pero el sabor de la mantequilla la suaviza y el crujiente del pan en simplemente perfecto.

-          Bueno, chicos, primer día de entrenamiento, ¿Cómo os sentís?

 No sé que responder a la pregunta de Nathan, estoy nerviosa, con ganas de empezar para entrenar, pero sin ganas de que empiecen los juegos, cada día que pasa estoy más cerca de mi propia muerte…