CAPÍTULO 19

BUENOS DÍAS/ BUENAS TARDES/ BUENAS NOCHES

¿Qué tal estáis?
Espero que no estéis enfadados por la tardanza del capítulo, he estado algo liada, poquísimo (ironía)

Y bueno, aquí está, nada más ni nada menos que el capítulo que habéis estado requiriendo, pidiendo,.. Aquí lo tenéis! Recién editado!
Es un poco más cortito de lo normal, pero.. merece la pena

He de decir que ya he empezado a escribir los siguientes capítulos y creo que están muy bien y que os van a gustar!

No os entretengo más (soy muy pesada)

¡Que lo disfrutéis!

CAPÍTULO 19

La sala está vacía, y los tributos no pueden vernos. Según me ha dicho Nathan, desde el año pasado desde fuera la sala parece un espejo, pero desde dentro puedo ver perfectamente el centro de la sala, donde hay tributos trepando. Dice que es para que los tributos tengan más privacidad a la hora de entrenar con las armas, para que no sean tan predecibles.

Snow mandó hacer estas restauraciones, supongo que para que los Juegos fuesen menos previsibles.

Cojo un arco y una flecha a la vez de Filipp. Él lo coloca perfectamente, y apunta a una especie de maniquí y da en un círculo rojo que simula el corazón. Yo noto el tacto del arco, de las flechas. Lo echaba de menos. Intento colocar torpemente la flecha en el arco. Es un intento fallido, la flecha de me ha caído al suelo.

El especialista del compartimento se acerca para ayudarme, pero Filipp para ligeramente y le dice que no necesito ayuda, a lo que el especialista afirma con la cabeza.

Miro a Filipp con una cara de enfado, ¡no puedo!. Él se acerca y se coloca detrás de mí, cogiendo mis manos.

-          Déjalas muertas.- Yo asiento y el mueve mis manos como si fuesen las de una marioneta. En un abrir y cerrar de ojos, veo que hemos acertado en la cabeza del maniquí. Se separa.

-          Ahora tú sola.

Filipp vuelve a coger el arco y dispara. Yo cojo otra flecha más, la coloco en el arco y tiro.

La flecha se queda a unos centímetros de la flecha del maniquí.

Cierro los ojos, respiro profundamente, tenso la cuerda del arco, fijo mi objetico y disparo.

La flecha llega al corazón del maniquí. Filipp me mira con una sonrisa y continúa disparando.

Estamos una hora tirando flechas con el arco, hasta que decidimos pasar a otra cosa. El puesto de cuchillos está ocupado, así que vamos al de espadas.

Cuando entramos, veo distintos tamaños de espadas. Yo escojo uno medio, no tengo tanta fuerza como para coger la más grande, pero Filipp se atreve con ella.

Hay dos círculos rodeados por maniquís, con las mismas marcas que en el puesto de arco.

-          Las damas primero, Aqua.

Asiento a las palabras de Filipp y me pongo en el medio de los maniquís. Me fijo en el especialista del puesto, quien está ocupado con una especie de mando comenzando a darle a botones, a la vez que las luces de mi alrededor se hacen más suaves y  veo que los maniquís, cada vez más reales, se van acercando hacia a mí con cuchillos y tirando flechas hacia mí. Noto como el sudor recorre mi frente, como mi cuerpo comienza a temblar, y cómo a su vez mis manos cortan la cabeza del primer maniquí.

Poco a poco voy creyendo que voy a poder contra los cinco maniquís.

Me tiro encima del tirador de flechas y le clavo la espada en el pecho a la vez que otro se tira encima de mí y acabamos rodando. Paso varios minutos luchando con este, y así sucesivamente hasta que acabo con todos. Me duele una cuchillada en el brazo derecho, me escuece. El tono de la luz va aumentando progresivamente hasta que vuelve a ser el inicial. Filipp está con la boca abierta, muy sorprendido de lo que acabo de hacer.

-          No ha estado nada mal señorita Efferson, nada mal.- da unos cuantos aplausos.- Ahora si no le importa, es mi turno.

Asiento y me aparto. Veo que el especialista me llama con un dedo, así que me acerco y me muestra una pantalla de su ordenador donde está Filipp rodeado de los mismos cinco maniquís que yo hace unos minutos y se repite el mismo proceso.

Yo tardé 5 minutos 45 segundos en acabar con todos. Filipp a podido con ellos en 4.30 minutos.

Supongo que al fin y al cabo no lo he hecho nada mal.

Salimos del puesto de cuchillos. Estoy sudando, algo cansada.

-                                                 -Voy a terminar de perfeccionar el arco, ¿ te vienes?

-                                                  - Hmmm.. Voy a hacer un par de cosas, nos vemos luego.- él asiente y me devuelve una sonrisa. Mientras veo cómo se aleja miro a mi alrededor: hay mesas con miles de cabos distintos, una especie de bosque donde puedes hacer fuego, redes para trepar… Todo ello sin estar oculto en una sala, supongo que porque son cosas básicas en los juegos, no como las armas.

Tras varios minutos pensando, decido ir a relajarme un poco, a sentirme un poco más en casa, a hacer nudos de pesca y algún que otro cebo.

Cuando llevo cinco nudos, quedan aproximadamente cinco minutos de entrenamiento, así que decido intentar trepar esas redes y cuerdas. No parece tan difícil.

Antes de dirigirme a trepar, giro mi cabeza hacia un pelo moreno muy revuelto y unos ojos relucientes que me miran con atención desde el puesto de hacer fuego.

No le doy mucha importancia y sigo mi camino. Comienzo a trepar una cuerda, y es bastante duro, cuando voy por la mitad de mi objetivo, resbalo y caigo. Nada más que mi cuerpo roza el suelo, me pongo de pié y veo que afortunadamente solo el tributo del 11 me ha visto caer.

No puedo rendirme, no puedo dejar así esto, tengo que trepar.

Cojo de nuevo la cuerda y vuelvo a comenzar. Cuando llego a la mitad, recuerdo el dolor de mi caída, la sonrisa en la cara del tributo del 11. Mis brazos se hacen más fuertes, me canso pero sigo hasta llegar al final.

Paso a la siguiente cuerda desde la cima de la anterior, y llego a una barandilla de metal de aproximadamente 4 metros de altura y voy bajando por ella. No puedo creerme que haya podido trepar tantos metros.

Suena un pitido que indica el fin del entrenamiento. Me reúno con Filipp y nuestros aliados.

-         -  ¿Qué tal el primer entrenamiento, sirenita?-  Es Sam uno de los que me reciben con una sonrisa en el grupo.

-        -  Genial! – Sonrío y escucho unas palabras de fondo mientras veo que Kim le da un beso en la mejilla a Filipp.- Perdón, decías?

-         - Que me alegro de que te haya ido bien, y me alegro de que seamos aliados.

-          -Yo también, Sam, yo también…- me alegro de tenerlo como aliado por una parte, pero por la otra, sé que en algún momento me matará o le matarán.

-          -Venga, Aqua, vamos con Effie. – asiento y sigo a Filipp hasta el ascensor sin decir ni una palabra.

Cuando entramos en el, él se acerca como cuando bajamos, pero yo me aparto un poco. Dejo que él pulse el botón y se cierran las puertas.